En 1936 un nuevo gobierno se inicia y, luego de los azarosos y fallidos gobiernos
provisionales, se ofrece como una oportunidad de restituir el honor y la
integridad perdidos. Bohemia necesita
un retrato imponente, grave y digno.
Enrique García Cabrera, uno de
nuestros más ilustres artistas, que para estos años constituía el ilustrador
habitual de la revista, por la vía del Art Decó halló la respuesta. La
estilización geométrica y lo filoso de los volúmenes, así como la
monumentalidad de la mujer sedente reafirman el tono respetable y decoroso que
se exige del reciente gobierno en el texto a pie de página.
20 DE
MAYO DE 1936
esta fecha históricamente gloriosa, además de la alta significación
que tiene para todos los cubanos, nos trae este año un temblor de ansiedades y
un clamor de esperanzas. ahora, más que nunca, probablemente, el nuevo gobierno
tiene en sus manos el porvenir de un pueblo anhelante de libertad y de armonía,
de calma y de cordialidad, un pueblo consciente y bueno, que necesita
dirigentes que sepan comprenderlo y amarlo, y que sitúen el ideal de la patria
por encima de todos sus intereses y todos sus individualismos.
Junto con el escudo, en el
centro del borde inferior, aparecen otros emblemas: la antorcha como atributo
de luz, de comienzo, de proceso purificador, y el haz de varas[1]
como símbolo de la unidad, retomado del eje del escudo. Si una sola varilla es
frágil, el mazo unido y atado fuertemente es resistente e invencible.
La estrella solitaria sirve de
aureola a la República y unas alas estilizadas se adosan a su espalda. Todo se
representa en ascenso, como se desea que progrese el horizonte político.
La espontaneidad del préstamo
clásico ha sido sustituida por una imagen sintética y madura, que se apropia de
las corrientes modernas. Los acontecimientos políticos exigían una madurez
conceptual que también fuera perceptible a nivel visual.
[1] El haz de varas
(once varas visibles uniformemente distribuidas) sirve de soporte al escudo y
simboliza la unión de los cubanos en la lucha por la libertad de Cuba.
Pereda
Rodríguez, Justo Luis et al: Cuba y sus
símbolos. Ediciones Abril, La Habana, 1992. p. 13.
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