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lunes, 5 de agosto de 2013

La República de Cuba y la Constitución

Cuba y América, 1906, 20 de mayo, alegoría de Cuba
En 1906 la revista Cuba y América edita un Número Extraordinario para celebrar el aniversario quinto de la Constitución. Este dibujo exhibe un catálogo iconográfico extenso de la alegoría nacional.
La República viste túnica talar, sobre su cabeza un gorro frigio y corona de laurel, en una mano la bandera cubana y unas cadenas rotas, en la otra la Constitución[1], y a sus pies unas rosas y el escudo.
En la lejanía, el sol naciente[2] y una palmar real[3] al frente –signos tomados del escudo. Todas estas divisas insisten en el concepto de una patria emancipada y victoriosa, que se ha liberado del yugo colonial y que ha arribado a una etapa de libertad e independencia política. 
Una fortificación habanera funciona como contexto espacial mientras que el escudo de la capital se ubica en la parte superior; ambos elementos anclan el escenario geográfico de la alegoría. 
Por último, un joven, en el plano izquierdo inferior, extiende sus brazos en alabanza hacia la estoica efigie, metáfora del pueblo que aclama el triunfo republicano.   


[1] La Constitución en estos primeros años republicanos se emplea como símbolo recurrente del Estado. El sustento jurídico que comportó el documento constitucional de 1901 supuso, en aquellos tiempos primigenios, la consumación rotunda de los ideales independentistas del siglo XIX.
[2] El sol naciente, ubicado en el cuartel superior del escudo, al fondo del paisaje con la llave del golfo, significa la joven república naciente.
Pereda Rodríguez, Justo Luis et al: Cuba y sus símbolos. Ediciones Abril, La Habana, 1992 p. 12.
[3] La palma real, en el espacio inferior de la izquierda del escudo, representa la libertad e independencia de la joven república; es símbolo de la lozanía y feracidad de su privilegiado suelo, al mismo tiempo que es el más útil de sus árboles.
Ibídem.