
Esta imagen
constituye una de las primeras alegorías definitivas y categóricas de nuestra nación. En 1869, la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico, con sede en NuevaYork, emite billetes dirigidos principalmente a los cubanos emigrados y comprometidos con la lucha, residentes en los Estados Unidos. En el billete de
mil pesos, en la parte superior, justo debajo del nombre de la República, se
encuentra una alegoría de la misma.
Una joven ataviada
a la antigua, con gorro frigio sobre su cabeza, apoyada sobre una abstracción
que fusiona el escudo nacional y la bandera, a cuyos pies descansa una corona
de laurel, mientras que un haz de varillas se asoma por la parte posterior; el
índice de la mano derecha de la joven señala la estrella solitaria del escudo y
un áurea de rayos de sol rodea a toda la figura.
En esta pieza, el gorro frigio (signo de la libertad), que para la época se identificaba
plenamente con la alegoría republicana[1], es quien precisa que nos encontramos frente a la
alegoría de nuestra nación. En esta representación los atributos del escudo
constituyen los protagonistas iconográficos de la figura: el gorro frigio se ha
trasladado de la parte superior del símbolo nacional hacia la cabeza de la
República; los rayos del sol naciente, cuyo disco solar ha sido sustituido por
la imagen femenina, enmarcan toda la composición; el haz de varillas ha caído
del eje vertical central y apenas se asoma en la parte posterior, para remarcar
la importancia de la fuerza de la unión
de todos los cubanos, mientras que las hojas de laurel se han dispuesto
en forma de corona sobre el suelo, para profetizar la victoria deseada. Puesto
que los componentes interiores del escudo han saltado fuera del marco de los
cuarteles y se ubican en la composición externa de la figura alegórica, las
franjas de la bandera y el triángulo rojo de la estrella solitaria rellenan la
superficie del escudo, haciéndose presente también nuestra insignia nacional en
la imagen alegórica.
En la presente
personificación nacionalista, la imagen femenina y los símbolos nacionales
resultan los principales ejes iconográficos que delimitan los bordes simbólicos
de la representación. En ella es ostensible como la utilización de los
elementos de la bandera y, en especial, del escudo, constituyen recursos
importantes en la alegorización de los billetes, en tanto se intenta recrear y
remarcar en todos los espacios, y sobre todo en el simbólico, el patriotismo de
los cubanos alzados.
[1] La alegoría republicana de Francia, durante su evolución iconográfica en
el siglo XIX, establece en el imaginario nacionalista occidental el uso del
gorro frigio como atributo de la libertad y paradigma simbólico del sistema
republicano.
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